Un mail de Carla me preguntó sobre el por qué de la vuelta de amistad con el negro y bona.
Mi respuesta iba a ser: “decido que hay cosas que es mejor agradecerlas y no preguntar tanto” Pero me dí cuenta de que en esta página hay más cosas “tristes” que alegres o buenas, por lo tanto, aquí voy a contar como fue el reencuentro con mis amigos Bona y El Negro.
Llamo por teléfono a Fede y quedamos en ir a comer a una parrilla un poco de asado o algo de eso.
Mi hermana no tuvo mejor idea que venir conmigo. Confieso que la idea no me gustaba mucho… pero bueno, en el fondo no soy muy malo
Nada de lujos, nada sofisticado, un mozo gay, una moza hermosa entre otras, mucha gente (a pesar de ser jueves santo y sabiendo que en ese lugar no hay otra cosa que no sea carne.).
Comí (mos) bien. De ahí nos fuimos al parque cervecero a tomar cervecita negra. Y la última parada fue la heladería Via Cosenza.
Antes de que se nos termine el helado y de haber hablado muchas incoherencias toda la noche con fede y tongas, vimos que venían el negro y bona. Iban justamente al bar de enfrente de la heladería.
Empezamos a hablar, al principio bastante secamente, hasta que después empezamos a recordar las viejas épocas gloriosas en elsieland, aquellas noches de los viernes. De las salidas a los distintos lugares, de las noches de alcohol, de las vueltas de levante, del estacionamiento en dónde dejabamos el auto y tomabamos porquerias... tambien hablamos de los amigos que justamente no son mas amigos y todas esas cosas que se hablan cuando por una cosa u otra se deja de ver y o hablar con amigos.
Todos aceptamos y yo por dentro me dije (esto es buenísimo)
Nos despedimos y ellos se fueron para el bar y yo llevé a los mellis a su casa.
Yo tenia ganas de ir al bar, pero como estaba con mi hermana y ella no quería hacer nada, no fui egoísta y nos fuimos nosotros también a casa.
esto es verdad y por eso, estoy contento.
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