Nuevamente la noche de aquel Cumpleaños me encontró con la mirada hacia el sol, quizás buscando esquivar los rayos que Febo tenia para mi, quizás intentando ahuyentar a aquellas ninfas que me miraran con la dulzura de quien sabe que nunca tendrá aquello que desea. O probablemente necesitaba vaciar la luz de mis ojos, o quizás llenarme el corazón de lágrimas perdidas que flotan en la nada, o quizás... quizás solo miraba un mosquito que estaba apoyado en la pared…
El narcisismo me ataco nuevamente y me sugirió auto alabarme por medio de una imagen.
Así que los dejo con la torturante imagen de mi ser y una realidad a la que deberán enfrentarse: nunca serán como yo.
Gracias a Dios.
Saludos narcisistas,
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