Es impresionante el paso del tiempo. Es terrible como avanza llevándose a todo por delante. Nada ni nadie se salva. Primero sólo jugábamos, después dudámos, mas tarde pensamos, nos arrepentimos y entre todo eso vivimos.
Parece mentira que puedo recordar como si fuese ayer cuando tenia 7 años. Cuando en aquellas tardes esperaba con ansias que sean las cuatro de la tarde para poder ir a la pileta gigante de La tía Silvia.
Que avasallante
Pero ponerme a hablar del paso del tiempo es intrascendente. Es como hablar si existe ó no el destino. Si es verdad que existe ó si la vida es solo una sucesión de azares.
Hoy había pensado muy seriamente en cerrar este blog. Las razones eran varias y que ahora no quiero decirlas. Pero ahora me doy cuenta que en realidad no es eso lo que quiero. Porque de alguna manera, sentarme a escribir cosas que salgan de la cabeza me gratifica, me llena. Que se yo…locuras de cada uno.
Y lo que me hizo hacer que no cierre el blog, que fue algo así como una cachetada de realidad, fue que en 2 días va a ser un año de que escribí mi primer post.
Cosas para contar, van a haber millones. Boludeces que solo se me pueden ocurrir a mi postearlas también. Deprimirme y escribir cosas patéticas también, sobretodo los domingos cuando vuelvo de bailar y me agarra esa melancolía-nostalgia.
Por suerte tengo lectores fieles como fede… y sandrit y laucha que de vez en cuando me leen y se ponen al tanto.
Voy a ver, siguiendo el consejo que alguna vez me dio charo, si me puedo integrar a la comunidad Blogger. Ya que leer solo lo mío no tiene gracia.
En fin, hice la gran Tarzán, me recontra fui por las ramas, pero no importa. ¿Qué más da?
y me despido como se despediría el Cabe, diciendo: Vos Peter, flasheas!
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